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Fuente: Reporte Inmobiliario
2007-10-30

Nuevas localizaciones para la inversión inmobiliaria

Argentina es el octavo país más grande del mundo, en cuanto a magnitud territorial. Sus casi dos millones ochocientos mil metros cuadrados de superficie continental, alberga dentro de sus fronteras a 40 millones de habitantes, el 90 % de los cuales vive repartido en diferentes ciudades y sus alrededores. Dicha concentración se acentuó aun más a partir del nuevo ciclo económico poscrisis dando lugar a una particular fisonomía de aglutinación de construcciones residenciales en zonas puntuales de determinados sectores urbanos. Lógicamente, el escenario de coyuntura pos crisis recomendaba plantear sólo aquello que aparecía como seguro. La inversión y el desarrollo inmobiliario no fueron la excepción. Por el contrario y aventajando a cualquier alternativa de inversión se convirtieron en refugio juzgado como más seguro para el ahorro o el capital excedente.

Esta vocación de inversión tomó entonces la forma de productos residenciales, localizados en ubicaciones muy puntuales y dirigidos hacia el sector más alto de la pirámide de ingresos.

Esta ecuación se erigió así como la única válida para un determinado momento. Ahora, si bien puede seguir resultando convincente, si va de la mano de la incorporación de diseño e innovación en los desarrollos, ya no alcanza por sí sola para sustentar buenos negocios y continuar atrayendo la vocación de inversión inmobiliaria que supo consolidarse a nivel local y global en los últimos años.

Se impone, entonces, considerar y mirar hacia otras localizaciones y diferentes segmentos para hacer negocios inmobiliarios.

El crecimiento económico de los últimos años y una estructura obsoleta de inmuebles industriales, generan la necesidad de nuevos espacios y emprendimientos logísticos e industriales que permitan mejorar la productividad y la competitividad a nivel internacional.

Esta necesidad aterriza en nuestro mercado por imperio de la fuerza y luego de años de falta de inversión. En el mundo, mientras tanto se afianzaron innovadores modelos que atraen la radicación de empresas de distinta índole: industriales, de tecnología, de investigación y educación, entre otras, y que logran mediante su sinergia multiplicar los beneficios de todas las partes.

En distintas localizaciones del país, se dispone de tierra e infraestructura suficiente a buen precio para pensar proyectos de esta temática, ya sea con fines de desarrollo para su posterior venta a fondos patrimonialistas o bien con el objetivo original de renta.

El resurgimiento de las economías regionales y el incremento del consumo también produjeron un fuerte aumento de la inversión en centros comerciales. Nuevas localizaciones, conglomerados comerciales y centros de compra que, según su ubicación puntual con relación al ejido urbano donde se implantan generan por asociación y complementación negocios inmobiliarios conexos y una revalorización general del área y su tierra circundante.

Entre 2007 y 2008 según datos de la Camara Argentina de Shoppings Centers se prevén 24 nuevos proyectos de centros comerciales. Muchos de ellos serán estructurados por compañías especializadas bajo la forma ya conocida de shopping center. Otros, sumarán criterios y formas de organización novedosas a las cuales vale la pena prestar atención. Así, prácticamente ninguna ciudad del interior está ajena a este fenómeno inmobiliario comercial. El reestayling de inmuebles existentes o la generación de nuevos focos y corredores provocados por la acción del desarrollista son algunas de las modalidades que se imponen a la hora de pensar nuevos proyectos comerciales o recuperar zonas decaídas o bien inventar nuevas zonas generando y extrayendo valor de estas acciones.

Párrafo aparte: el turismo.

Actividad que vive un auge a nivel global y que es nuevamente redescubierta en nuestras vernáculas localizaciones. Millones de turistas recorren el globo en busca de monumentos y sitios exóticos para la foto. En nuestro país, este rubro se ubicó en el quinto lugar en el ranking total de exportaciones de bienes, movilizando casi 2.050 millones de dólares, un amplio porcentaje de los cuales se vehiculiza en forma directa hacia los incontables negocios inmobiliarios y localizaciones insospechadas materializándose en la forma de hoteles tradicionales, hospedajes innovadores, segundas residencias , alquileres temporarios, centros temáticos y espacios gastronómicos entre otros.

La vocación de atraer inversiones por parte de los distintos gobiernos provinciales y municipales plasmada en legislación que incentive las localizaciones sobre sus jurisdicciones es la otra pata fundamental que debe aparecer y en la cual los gobiernos que obren con una actitud centrada en la colaboración publico-privada obtendrán provechosos réditos para sus comunidades de la mano de inversión sostenida de largo plazo en forma de radicaciones industriales, logísticas, comerciales, turísticas y residenciales no tradicionales entre otras.

En suma, la Argentina cuenta no sólo con su basta extensión y variedad de recursos naturales donde llevar adelante nuevos negocios inmobiliarios sino también con recursos culturales, humanos y con capitales oriundos de estas tierras dispuestos a invertir en proyectos inmobiliarios.

Conocer por ende oportunidades de localizaciones, nuevas modalidades de desarrollo y de visión de negocios resulta crucial para inversores, promotores, comercializadores, profesionales y consultores en la materia con vistas de insertarse en el nuevo escenario de inversión inmobiliaria que el contexto nacional e internacional nos impone.

Arq. José Rozados, director de Reporte Inmobiliario
Columna Publicada Baediario (17-10-2007)
joserozados@reporteinmobiliario.com